Esta foto de arriba corresponde a la parte del motor que va unida a la caja de cambios de mi coche, y como se puede apreciar, la fisura que hay junto al orificio no tiene muy buena pinta… No pasaría nada si el problema lo hubiese generado yo, pero no, el problema es que ya estaba ahí antes de comprar yo el coche de “cuasi” tercera mano; digo “cuasi” porque lo compré en un compraventa de coches, pero la transferencia se hizo con el nombre del antiguo propietario y el dinero se lo dí al vendedor, por lo que casi podría considerarse dinero negro.
Justo en el orificio del otro lado del motor se aprecia un golpe sobre el metal.
Más marcas de algún mecánico chapuzas. Pero que no son importantes.
Como de todo hay que aprender, para la siguiente vez que me decida a adquirir un coche de segunda mano, me aseguraré de que solo ha tenido un propietario (yendo a tráfico) y que me jure por todo lo que más quiera (la persona que me lo venda) que no ha tenido ninguna reparación mecánica seria.
Según el mecánico, el mío, ese tipo de rotura solo se puede provocar si el motor se quita y se hace fuerza a lo bruto, o con golpes, de lo que se deduce que podría ser hasta un motor de otro coche y no el original. En fin, a lo hecho pecho. Si ha aguantado bravamente un año sin protestar, tendré fé en que resista hasta que se termine su periodo de amortización (el que tengo yo en mente, vamos).