Ya es mi segunda experiencia con el deporte del parapente, y verdaderamente es algo que de inmediato sabes que te gusta o no. Despegar tranquilamente desde una ladera, sentir las corrientes de aire ascendente elevándote hacia las nubes y junto a águilas y buitres, una sensación indescriptible y atrayente.
Y no me refiero a volar en avión, sino a sentir el viento en tu cara y la mística danza que te hace surcar los cielos en pos de las corrientes aéreas. He encontrado un vídeo que ilustre de una manera muy bella lo que quiero decir:
Paragliding on frozen dunes from Bitlas on Vimeo.
El vídeo esta grabado en Lituania, pero si tenéis curiosidad por ver como lo vive un novato en sus primeros días, he encontrado este otro vídeo grabado en Castejón de Sos: