Ya es mi segunda experiencia con el deporte del parapente, y verdaderamente es algo que de inmediato sabes que te gusta o no. Despegar tranquilamente desde una ladera, sentir las corrientes de aire ascendente elevándote hacia las nubes y junto a águilas y buitres, una sensación indescriptible y atrayente.
Y después de un agradable y/o emocionante vuelo llega el momento del aterrizaje, delicado, pero que si se obra como es debido no debe entrañar más riesgo del necesario. Hacerlo junto a una manada de caballos, a escasos metros de ellos, da una sensación casi mística. Uno casi se imagina una especie de aventurero de películas, intentando hacer alguna proeza heroica, eso sí, solo en la imaginación, ya que al dueño de los caballos seguro que no le haría mucha gracia.
De mención necesaria es también el hecho de volar a ras de las nubes muy lentamente (el parapente vuela a unos 37 kph), casi rasgando las volutas blancas, y mientras se mira de manera hipnótica el sol a través de ella. Algo que hace sentirse a uno atrapado en el tiempo y en el espacio. Por supuesto no puede olvidarse uno de la precaución, ya que el vuelo en parapente dentro de las nubes está prohibido, al tratarse de una modalidad VFR, la seguridad siempre es lo primero.
Por supuesto el aire no es exclusivamente nuestro, y también hay otras aeronaves que hacen uso del mismo. Así te puedes encaminar tranquilamente hacia una pista de despegue mientras una pequeña avioneta hace lo mismo pero teniendo siempre un ojo alrededor, ya que el más rápido siempre ha de dejar paso preferencial al más lento y lo único más lento que un parapente es un globo aerostático.
Por último valga un vídeo como muestra de lo que se ve a 2000 y pico metros de altura, el aullar del viento alrededor de uno y las espléndidas vistas de las montañas que se tienen cuando uno se siente casi un pájaro. Disfrutad de las vistas.
7 replies on “Parapente, sintiéndose como un ave”
Han salido bien las fotos, pero diría que el video, no sé, a ver cómo lo digo, pero como has volado sólo dos veces, a lo mejor, cuando vuelvas a intentarlo, saldrá mejor.
“Parapentente”: ¿no es una palabra algo rara, difícil de aprender? Y el vuelo ¿se aprende en un curso?
@cantueso, gracias por la corrección, la verdad es que con las prisas de escribir se me pasó por completo 😛 el vídeo la verdad es que lo tengo como testigo de uno de mis primeros vuelos en térmica, aunque seguro que con el tiempo consigo sacar algo más estable y decente 😀
El parapente se aprende es escuelas específicas en la materia, y lo bueno es que se necesita relativamente poco tiempo, más o menos una semana completa, para poder despegar, volar y aterrizar.
Parece peligroso. En Ocaña, al sur de Madrid, hay un pequeño aeropuerto para paracaidismo y vuelo sin motor. Allí he visto cómo aterrizan los que saltan de una avioneta. Parece muy arriesgado. ¿Qué pasa si hay una ráfaga de viento como las que hay a menudo en verano sobre las 3 o 4 de la tarde?
@cantueso, los que saltan de una avioneta pueden ser paracaidistas o parapentistas que hacen salto base, pero eso es una disciplina que requiere mucha experiencia y entraña mucho riesgo también.
La elección de una zona de vuelo es algo muy complicado y de suma importancia. Es posible que un lugar sea espléndido para volar, pero que solo se pueda usar a partir de cierta hora de la tarde o por la mañana, ya que en las horas centrales del día las corrientes sean más fuertes. Lo mejor en este deporte es aprender de gente profesional y luego practicarlo en compañía de personas experimentadas y que con gusto te quieran ayudara a aprender más y seguro.
No sería para mí. No aguanto las alturas, ni siquiera mirar la calle desde mi balcón, pero me gusta la teoría del vuelo y las cosas que vuelan: pájaros, cometas, semillas, aviones. Sobre todo las semillas, su diseño.
Pero soy de Suiza, y me cuesta escribir en español.
@cantueso, bueno, a mi también me da cosa si me acerco al borde de un edificio alto, pero esto se trata de algo diferente, créeme.
La verdad es que nunca habría dicho que no fueses español, ya que los escribes de forma impecable y el blog que enlazas está escrito en perfecto castellano 😀
Sí, ya lo sé: no hay errores. ¿Conoces el chiste del campesino que vendía ciruelos, pero como no sabía escribir esta palabra, dijo que eran peras?
Pues así se hace: así se evitan los errores.