No me considero nostálgico con respecto a la Expo de Zaragoza celebrada en 2008, pero hace poco me he encontrado con el folleto que daban a la entrada, y los cuales tengo por costumbre coleccionar.
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Parece que fue ayer cuando fui por primera vez a una piscina municipal. Que tiempos aquellos en los que la piscina mediana tenía una profundidad asumible y la “grande” era solo para los atrevidos. Recuerdo que se usaban bonos de 10 baños iguales que el de la foto que encabeza el artículo, y a la encargada de la piscina picándolos con una aparato rudimentario pero efectivo.
Pero es ahora cuando se ve un avance, y uno llega desprevenido con un antiguo bono encontrado en un bolso y le dicen que eso ya dejó de usarse hace 3 años (más o menos). Ahora lo que te dan al comprar un bono es una tarjeta de plástico, que solo tiene un código de barras en el reverso, que es leído con un escáner y su información será contrastada posiblemente con alguna base de datos del ayuntamiento.
Gracias a un correo de la universidad me he enterado de que han puesto en marcha en Zaragoza un servicio de aparcamiento automático de bicicletas, llamado Biceberg. Este sistema permite guardar nuestras bicicletas de manera subterránea y que proporciona el ayuntamiento de forma gratuita.
De momento solo hay uno de estos junto al campus San Francisco, pero puede que en el futuro veamos más instalados por Zaragoza. Si a esto le sumamo la iniciativa del bicing a lo mejor un día podemos disfrutar de la ciudad a lomos de una bici tranquilamente.
Los trámites para pedir una tarjeta que de acceso al “aparcamiento” se pueden encontrar en la página web del ayuntamiento.
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Mi último día en la expo
Ayer agoté el último día del bono de 3 entradas que tenía para la expo. Fuimos mi niña y yo con la intención de poder ver algo del concierto de Andrés Calamaro, pero al parecer la gente llevaba haciendo cola para el mismo desde las 5 de la tarde (verídico) y aquello estaba hasta los topes. Incluso fuera del anfiteatro y en los balcones superiores había gente.
Yo no sé en que pensaban los organizadores de la expo cuando planificaron un espacio para 7.000 personas cuando iban a venir artistas a los que perfectamente hubiesen acudido a ver 20.000 personas.
En fín, penúltimo día de la expo, gente por todas partes. mucho aire, bastante frío. Ahora solo queda el día final con un espectáculo pirotécnico que promete dejarnos con la boca abierta.
Foto origen.
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2º asalto a la expo
Ayer sábado hice mi segunda incursión a la expo. Después de mi primera impresión, ya iba preparado para lo que me esperaba. Los objetivos eran simples: ver el espectáculo del despertar de la serpiente en primera fila, visitar el acuario y visitar pabellones aleatoriamente.
Lo de las colas ya no tiene nombre. La imagen de arriba corresponde a parte de la cola del pabellón de Japón, pero lo más gracioso es acercarse a otro famoso y ver esto:
¿Pabellón de Alemania 5 horas? ¿Y encima hay gente en la cola?
Como nota anecdótica, en el pabellón de Marruecos (muy majo, por cierto) nos podíamos encontrar con esta magnífica BSOD:
Ni para reproducir vídeos vale Windows xD
En Zaragoza hay un centro comercial llamado Grancasa que aglutina una gran tienda de la cadena del Corte Inglés, y una galería comercial con multitud de tiendas, bares, restaurantes y cines. El caso es que como muchos centros comerciales, tiene un garaje subterráneo para aparcar el coche. Este garaje siempre ha sido gratuito, hasta que un día se les ocurrió la brillante idea de hacerlo de pago, para evitar que los vecinos de la zona lo usaran para dejar sus vehículos personales dentro.
Este cambio que han hecho no me ha parecido bien, dado que te ofrecen 2h de tiempo “gratis” para poder aparcar dentro, pero si el objetivo de un complejo comercial es que los clientes pasen el mayor tiempo posible dentro para que gasten el dinero en los comercios, y con la media los ahuyentan. A mi ya me han jugado dos malas pasadas con tickets que no funcionaban y horas que cuentan de menos, así que no pienso volver durante mucho tiempo, y como yo hay más gente que piensa lo mismo.
Lo mejor es ver como otros centros comerciales, en este caso el centro comercial Augusta, aprovecha esa mala publicidad de la competencia para hacer publicidad y atraer cliente, y conmigo lo han conseguido.
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